Desde Detroit (Estados Unidos) – Ahora se puede contar. Hace un mes, cuando tuve la oportunidad de manejar la Ford F-150 Lightning en Michigan (leer crítica), también tuve la posibilidad de probar el Mustang Mach-E. La condición que nos pusieron desde Ford, a todos los periodistas que participamos del test drive, fue la misma: no publicar la nota hasta el momento del lanzamiento oficial en la Argentina.
Eso ocurrió el viernes pasado (ver nota de lanzamiento). El Mustang Mach-E GT Performance ya arrancó su comercialización con un precio de lista de 118.750.000 pesos. Las impresiones de manejo en Estados Unidos se reproducen a continuación.
POR FUERA
Se llama Mustang, pero tiene forma de SUV. O, más bien, de crossover. Es un hatchback elevado que mezcla rasgos de vehículo todo terreno (como el mayor despeje del suelo y los guardabarros ensanchados), con características de autos deportivo (pinzas de freno pintadas de rojo, enormes llantas de 20 pulgadas, con generosos neumáticos 245/45R20 y techo curvado, rematado con un spoiler sobre el techo).
¿Pero qué tiene de "Mustang" este auto? La forma de la trompa, las ópticas estilizadas y el emblema del Pony en el frente recuerdan al famoso muscle-car de Ford. Las ópticas traseras, con líneas verticales, también. Y no mucho más.
¿Entonces por qué se llama "Mustang"? Porque es un Ford con prestaciones deportivas. Y porque Ford quería llamar la atención de todo el mundo, con su primer modelo 100% eléctrico global: “Nosotros no vamos a hacer un Toyota Prius”, dijo Bill Ford. “Necesitamos hacer un auto que sea emocionante de manejar. Vamos a hacer un Mustang eléctrico”, sentenció. Y el resto es historia.
El Mustang Mach-E es nuevo en Argentina, pero se presentó en Estados Unidos en noviembre de 2019. ¿Mi opinión? Soy un fanático del Mustang convencional, ya sea clásico o moderno. No me gustan las SUVs. Y me cuesta identificar a este Mach-E como un “muscle-car eléctrico”. Si lo que buscaba Ford era un auto eléctrico espectacular y llamativo, tengo que admitir que me despertó mayores emociones la F-150 Lightning antes que el Mach-E.
Pero esa chata aún no está prevista para nuestro mercado, mientras que el Mach-E ya está a la venta. ¿Y contra quién competirá en la Argentina? Su rival más directo (por dimensiones, precio, prestaciones y hasta silueta) es el Audi E-Tron Sportback, que tampoco me enamora con su diseño (leer crítica).
POR DENTRO
Si te sorprende la enorme pantalla vertical de la nueva Ranger fabricada en Argentina es hora de decirlo: el Mustang Mach-E fue el primer Ford en equipar esa solución en la cabina. Es una brutal tablet de 15.5 pulgadas, con sistema Sync4, conexión a internet y la posibilidad de descargar aplicaciones para diferentes funciones del vehículo.
La gran pantalla domina por completo la cabina, donde está acompañada por un tablero digital (casi minimalista, al lado del enorme sistema multimedia) y un volante deportivo con el emblema del Pony.
La cabina tiene espacio para cinco pasajeros, pero el asiento trasero está bastante limitado por la curvatura del techo. No es nada grave, pero en el Audi E-Tron Sportback se viaja mucho más cómodo.
El puesto de manejo es muy bueno, con múltiples ajustes, aunque nunca termina de cerrar el hecho de “manejar un Mustang” desde una posición tan elevada. El techo panorámico ayuda a que la cabina sea bien luminosa y el acceso al habitáculo es bastante curioso: hay un botón diminuto que se presiona y sólo destraba las puertas en caso de detectar la presencia cercana de la llave.
Me gustó la gran cantidad de huecos para guardar objetos, sobre todo en la bandeja ubicada entre los dos asientos delanteros. También me encantó el equipo de audio Bang&Olufsen, con diez parlantes.
Los revestimientos del interior son de buena calidad, aunque no hay materiales premium ni ostentosos: Ford utilizó muchos elementos “ecológicos”, como plásticos reciclados y telas reciclables. La terminación se sienta más “vegana” que “lujosa”.
Hay muchísimo lugar para el equipaje: el baúl convencional tiene 402 litros de capacidad, mientras que bajo el capot delantero hay otro espacio de carga llamado “Frunk” (por “Front Trunk”), con un volumen de 139 litros. El Frunk está revestido con un plástico impermeable y puede usarse para guardar objetos sucios (como botas de nieve o artículos de playa), con la posibilidad de enjuagar todo con una simple manguereada. Como tiene tapón de desagote, algunos lo usan también como heladerita de camping: se puede llenar con hielo y cervezas, igual que en la F-150 Lightning.
SEGURIDAD
Viene de serie con todos los sistemas del paquete Ford Co-Pilot 360. Esto incluye ocho airbags (con dos bolsas de protección para las rodillas del conductor y el acompañante), frenado autónomo de emergencia, alerta de riesgo de colisión, sistema de mantenimiento de carril y control de crucero adaptativo con función “Stop&Go”. Lo único que no estará disponible en Argentina es el sistema de manejo semi autónomo, que en las autopistas permite retirar las manos del volante y los pies de los pedales. No es culpa del auto: la infraestructura de nuestro país y la Ley de Tránsito no lo permiten. En Estados Unidos se modificaron las dos cosas para que varias marcas puedan ofrecer estos sistemas.
MOTOR y TRANSMISIÓN
¿Qué hay bajo el capot del primer “Mustang eléctrico”? Un "Frunk", ya lo dijimos más arriba. Desde luego, no te vas a encontrar con un V8. Pero, todo hay que decirlo, tampoco hay un sistema eléctrico “normal”. Por empezar, cuenta con baterías de iones de litio de 91 kWh. La energía es enviada a dos motores eléctricos, uno en cada eje (así se convierte en “All Wheel Drive”). Desarrolla una potencia máxima de 487 caballos y un torque de hasta 860 Nm.
Ford declara una autonomía de 541 kilómetros. En Argentina, viene de serie con un cargador Wallbox portátil de 7 kW, que permite recargar la batería de 20% al 80% en menos de 8 horas. En Estados Unidos está disponible la aplicación “Ford Power My Trip”, que te permite planificar un viaje en función de la ubicación de las estaciones de carga que aparezcan en el navegador.
Más arriba dijimos que el Audi E-Tron Sportback es el rival más directo que tiene el Mustang Mach-E en Argentina. Bueno, el alemán se queda algo “corto” en rendimiento frente al producto de Ford: con baterías más poderosas de 95 kWh, el E-Tron entrega una potencia máxima de 408 cv y 664 Nm, también con tracción integral.
COMPORTAMIENTO
El recorrido fue el mismo que hicimos con la F-150 Lightning: un día completo de manejo por pueblitos de Michigan, que combinó recorridos en ciudad, muchos kilómetros de autopistas y una buena cantidad de caminos rurales (todos asfaltados, nada parecido a los pagos de Jacinto Campos).
Si la F-150 Lightning sorprende por la agilidad con la que se mueve semejante pick-up de seis metros de largo y tres toneladas de peso, el comportamiento dinámico del Mustang Mach-E es muy diferente.
Se parece más bien a un hatchback deportivo, con reacciones explosivas y una respuesta muy ágil. El sonido artificial que sale por los parlantes es divertido. Cuando el auto está detenido en un semáforo o arranca acelerando desde parado, emite un ronroneo muy parecido al de un Mustang V8. Es falso y digital, pero simpático.
Se puede conducir con cuatro modos de manejo: Whisper (equivalente a Eco, para lograr la autonomía máxima de las baterías), Engage (el más equilibrado y recomendado para uso diario), Unbridle (modo deportivo) y Unbridle Extended (recomendado sólo para pista, porque libera muchas ayudas electrónicas y entrega el máximo rendimiento, aunque se “devora” las baterías en pocas horas).
Como el recorrido fue siempre en caminos abiertos al tránsito y siempre hay que obedecer las normas, tan sólo pude probar la brutal aceleración que tiene: alcanza los 100 km/h en apenas 3.7 segundos. La velocidad máxima no la probé, pero Ford declara 200 km/h. Es decir, estamos ante uno de los “Mustang” que mejor aceleran, pero también ante el más “corto” en cuanto a la velocidad que puede desarrollar.
Desde el tablero es muy fácil seguir el consumo de la batería. Hay todo tipo de gráficos que indican el gasto en tiempo real, el acumulado y la autonomía proyectada en función del tipo de manejo. Ese día los autos recorrieron un total de 300 kilómetros y, a pesar de haber abusado un poco con el acelerador, completamos el recorrido todavía con 80 kilómetros de autonomía disponibles: lejos de los 434 declarados por la marca en condiciones de manejo tranquilas, pero más que suficientes para un uso diario. Todo el que haya manejado un Mustang V8 sabe que, cuando se juega con el acelerador, el tanque de combustible tampoco dura mucho más de 350 kilómetros.
Me gustó mucho la puesta a punto de la dirección eléctrica y la suspensión con amortiguadores de dureza variable (con sistema MagneRide): es donde la gente de Ford más trabajó para acercarse (un poco) a las sensaciones de un Mustang clásico. Sin embargo, por la posición de manejo elevada, el mayor despeje del suelo y los 2.350 kilos de peso su comportamiento dinámico está lejos de ser el de un auto deportivo. Es una SUV muy ágil y veloz, que puede llegar a ser divertida para el uso diario, pero que a nadie se le ocurriría llevar a un circuito (como sí ocurre con un Mustang V8).
CONCLUSIÓN
Si Ford quería llamar la atención del mundo con su primer auto 100% eléctrico, bautizarlo “Mustang” fue una decisión acertada. En el debate acerca de si “esto es un Mustang o no” (leer opinión), la marca del Óvalo logró que se hable (bien o mal) del Mach-E, pero consiguió generar mucho ruido.
Ahora, si la intención de Ford es conquistar a los clientes del clásico Mustang V8 con este Mach-E eléctrico, el debate es muy diferente: son productos que no se parecen en nada, más allá del nombre en común. Incluso, los fanáticos más conservadores tendrán razón en sentirse un poco enojados -y hasta traicionados-, por el uso marketinero de un “nombre sagrado”.
Sin embargo, no faltará el que sueñe con tener en su “two-car garage” a “la parejita Mustang”: el Mach-E para todos los días (para lo cual resulta un “daily” perfecto) y el V8 para los fines de semana. En Michigan tuve la oportunidad de charlar con uno de estos fans: la conversación con Darren Palmer se puede leer acá.
Por eso, la conclusión es sencilla: ¿me compraría un Mustang Mach-E? Sí, claro: pero sólo después de ocupar el primer lugar en la cochera con un Mach 1. Y, si tiene caja manual, mejor aún.
C.C.