Las críticas de Motor1 e InsideEVs Argentina no siempre nacen de un ofrecimiento de una marca para probar determinado modelo. A veces también surgen de una necesidad o de una idea detrás. En este caso, podríamos decir que fue la conjunción de ambos motivos. 

Durante la presentación en sociedad del Mercedes-Benz EQA (ver nota), con C.C. nos encontramos con la gente del concesionario Stern Motors de Rosario. Charla va, chicana viene, y sale el tema de "¿qué hacemos cuando nos presten el EQA de Mercedes-Benz Argentina?". La respuesta fue: "Vénganse a Rosario". Nos miramos y dijimos, listo, así será. Encarar un viaje en un auto eléctrico, aún hoy requiere cierta planificación en Argentina (si no, vean lo que le pasó a Carlos Sueldo).

Llegó el momento y coordinamos todo. No sólo nos recibirían y nos darían carga en nuestro vehículo, si no que también nos prestaría una unidad idéntica para seguir moviéndonos por la ciudad mientras el nuestro llenaba sus baterías. Y con esto se explica la foto de portada de esta nota y varias que verán en la galería. El EQA prestado por Mercedes-Benz Argentina era blanco y sin ploteo. El de Stern Rosario es el gris con ploteo. ¿Por dentro? Exactamente iguales con excepción que el rosarino no tenía techo corredizo.

El Mercedes-Benz EQA 350 4Matic cuesta 125.000 dólares y la crítica completa se reproduce a continuación.


POR FUERA

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Algo que se ha generalizado entre los vehículos 100% eléctricos es la ausencia de parrilla. Algunos lo han resuelto mejor, otros no tanto. En el caso del Mercedes-Benz EQA creo que no está mal. No me convence del todo que el negro sea brillante "Black Panel" como lo define Mercedes-Bezn pero, justamente, al ser de ese color se disimula mejor la ausencia de la tradicional parrilla. ¿Beneficios? Mejor coeficiente aerodinámico, algo fundamental a la hora de la performance tanto de velocidad como de autonomía. 

El diseño de la trompa se completa con un marco cromado, la clásica estrella en el centro y los faros invadiendo el lateral. Los faros de LED son High Performance y se nota en el uso lo bien que iluminan. Tienen un detalle azul, algo que es común a toda la gama eléctrica de Mercedes-Benz. También están unidos por una tira LED que corre por el borde del capot. El perfil es quizás la parte que menos me llama la atención. Es un SUV compacto, bien redondeado, con buena distancia entre ejes pero que no destaca por nada en especial. ¿Es malo? Creo que no, al menos para mi gusto, pero es demasiado normal. Como detalle, una fina banda cromada que varía en su altura, une la parte delantera con la trasera a la altura del zócalo. 

En la cola, se repite lo de unir las luces con una tira de LED pero en este caso de color rojo. Allí me gusta mucho más cómo queda y la firma lumínica le da personalidad de noche. 

El Mercedes-Benz EQA 350 4MATIC mide 4.463mm de largo, 1.834mm de ancho, 1.620mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.729mm. Recordemos que la A de EQA hace mención a la Clase A a la que pertenece este modelo y de ahí sus medidas. Pesa 2.105 kilos y tiene una batería de 66.5 kWh. La unidad probada tenía neumáticos Bridgestone Turanza T005 en medida 235/55 R18. No viene con rueda de auxilio, algo que no me convence para las rutas y caminos argentinos.


POR DENTRO

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La unidad probada tenía el equipamiento Electric Art, que incluye volante forrado en napa, tapizado en símil de cuero ARTICO/tela Cupertino bicolor en oro rosa/gris titanio pearl, difusores de ventilación en oro rosa con anillo exterior en cromo plateado, listones de zócalo de puerta con distintivo específico de la serie iluminado en azul entre otros detalles. 

La butaca del conductor se regula eléctricamente y tiene 3 posiciones de memoria, además de regulación del apoyo lumbar. El volante se regula en altura y profundidad y con todo esto se consigue una muy buena posición de manejo. Quedamos "metidos" en el asiento entre la puerta y la consola central y todo muy mano. 

El tablero de instrumentos y el panel multimedia son una sola pieza, una larga pantalla llena de información y configurable a nuestro gusto. Empezando por el tablero de instrumentos allí podemos ver desde la velocidad a la que circulamos hasta el consumo instantáneo de energía, autonomía máxima y autonomía estimada de acuerdo a cómo venimos circulando, mapa, y muchos etcéteras más. 

Detrás del volante tenemos dos levas que no son para pasar cambios ya que en un auto eléctrico eso no existe, si no que son para aumentar o disminuir la retención que hace el motor cuando dejamos de acelerar. En el modo máximo casi que no es necesario utilizar el freno si nos acostumbramos a distancias y potencia. Dato: eso no anula el freno. Todo sigue funcionando normalmente, pero el "freno motor" funciona con más o menos potencia.

La pantalla multimedia incluye Android Auto y Apple Car Play aunque sólo este último funciona en forma inalámbrica. Y otra vez tenemos mil y una opciones de configuración y menúes. ¿Queremos cambiar el color de las luces del interio? Allí lo encontramos. ¿Queremos saber qué porcentaje de batería nos queda y cómo se usa mientras circulamos? También está ahí. ¿Queremos ecualizar la música? También lo podemos hacer desde esa pantalla. Y programar a qué hora se prende la climatización para que encontremos el auto en la temperatura ideal y los modos de manejo y mucho más.

Antes de llegar a la consola central están los mandos de la climatización bizona. Simples y fáciles de accionar aunque también podamos hacerlo desde la pantalla. Ya en la consola lo primero es una tapa corrediza y debajo un toma USB-C (Mercedes-Benz abandonó hace tiempo los USB comunes), uno de 12v y cargador inalámbrico.

Más atrás el "mousepad" para manejar la pantalla. Una vez que le encontrás el toque, no ensuciás más la pantalla con los dedos. A sus costados, distintas perillas para accionar desde el volumen del audio hasta el modo de manejo. 

Las plazas traseras ofrecen un buen espacio, con asientos plegables para ampliar la capacidad del baúl y fijaciones ISOFIX para los más chiquitos. También encontramos salidas de aire y dos tomas USB-C. Detalle: las bocas de la climatización no son del color de las delanteras, si no en negro.

El baúl tiene 340 litros de capacidad que se amplían hasta 1.320 si bajamos la fila de asientos trasera por completo. También podemos bajar sólo el apoyabrazos central y comunicarnos con el habitáculo y así transportar objetos largos como esquíes.


SEGURIDAD

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El Mercedes-Benz EQA viene de serie con airbags delanteros frontales, de rodilla, laterales y windodbags. A esto se le suman los ya mencionados ISOFIX en la parte trasera, advertencia acústica y lumínica de punto ciego al abrir las puertas delanteras, monitoreo del cansancio del conductor, control de estabilidad, de tracción, sistema ABS con sistema ADAPTIVE BRAKE, incluyendo la ayuda de arranque de pendientes, función de frenos secos y función HOLD. 

Euro NCAP realizó el crash test en 2019 del EQA AMG Line y le otorgó 5 estrellas.


MOTOR Y TRANSMISIÓN

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En el Mercedes-Benz EQA 350 4MATIC encontramos dos motores. Uno delantero transversal y otro trasero en la misma posición. Ellos se encargan de transmitir la potencia a las 4 ruedas en forma permanente, aunque la electrónica se encargará de administrar cómo y cuándo. Por ejemplo, en condiciones normales en una autopista iremos prácticamente siempre en tracción trasera.

La potencia total es de 292CV con un torque de 520Nm. La batería es de tipo iones de litio y se puede cargar en 0 a 80% en 32 minutos con un cargador de 100kw.


COMPORTAMIENTO

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Creo que ya lo mencioné en alguna otra prueba de un auto eléctrico, pero lo repito porque el público siempre se renueva. ¿Vas a manejar por primera vez un 100% eléctrico? Cambiá la forma que tenías de pensar y sentir un auto. Muy poco pasa de la sensación y experiencia de manejar un vehículo a combustión a pasar a un 100% eléctrico. Y el primer punto es el arranque. Presionar el botón de Start/Stop y no sentir ni el burro de arranque girando ni el motor vibrando ni el escape emitiendo sonido, ya es raro. Una luz que dice "ready" nos avisa que está listo para circular, movemos la palanca a D y salimos. 

La dirección, con asistencia eléctrica obviamente, es muy suave y precisa y el volante tiene un grip agradable. Accionamos las levas y ponemos la retención/freno del motor en el modo más intenso. En las calles de barrio, una vez que nos acostumbramos, podemos frenar en las esquinas sin necesidad de tocar el pedal, sólo con soltar el acelerador. En ese mismo accionar el auto recupera energía. 

La ciudad le cae muy bien. Por tamaño y por tipo de motorización. Es ágil y la autonomía no es un problema. Es un vehículo pensado para tener un cargador en casa y usarlo durante todo el día y ponerlo a cargar a la noche, como hacemos con el celular. Simple y sin complicaciones y por eso Mercedes-Benz entrega un wallbox con la compra de este vehículo. En uso urbano podemos llegar a andar unos 320 kilómetros con una carga completa. Las suspensiones van bien, aunque me gustaría algo más de firmeza en el tren trasero.

Salimos a la ruta y ya la planificación es diferente. Y acá es donde más pesa el tema de cambiar la forma de pensar y sentir el auto. Primero: nunca salgas a la ruta sin la batería al 100% y con una planificación de dónde tenés los cargadores para reabastecer. Sí, algo que con vehículos de combustión ya nadie lo piensa, acá sí es muy importante. ¿Por qué? porque si no tu viaje se convertirá en una angustia permanente por saber y calcular si llegás o no al próximo cargador. ¿Es culpa del EQA? No, claro, es un tema de infraestructura y, sobre todo, de desconocimiento. El mejor ejemplo es lo que me sucedió a la vuelta de Rosario. A la altura de San Pedro está la única (por ahora), estación de servicio con cargador eléctrico de la ruta 9 entre Buenos Aires y la ciudad santafesina. "Rosario siempre estuvo cerca" decía Fito, pero con una carga completa íbamos a llegar muy justo y, sobre todo, con mucha prolijidad de manejo de uso durante el recorrido. La solución era parar unos 20 minutos en San Pedro y enchufarnos para recuperar en el cargador que no es de los más rápidos pero por momentos nos cargó a más de 27kWh. 

El problema fue al regreso. Lluvia de diferentes intensidades desde que salimos de Rosario. Ya habíamos salido con un 75% de la carga porque estuve haciendo fotos la tarde anterior y esa misma mañana. Llegué a la YPF con una autonomía de unos 80 kilómetros y con una llovizna intensa. Acomodé el EQA junto al surtidor eléctrico, perfectamente estacionado sobre la zona pintada y fui a buscar al playero a cargo de la tarjeta que habilita la carga. "Buenas, cómo va?", me dice, "ahora busco la tarjeta, pero hasta que no pare de llover no puedo cargarte". "¿Cómo? ¿en serio?" le dije mientras esbozaba una sonrisa pensando que era un chiste de playeros. Pero no, era en serio. El cargador no tiene techo y el sticker pegado en el frente con el protocolo tiene un punto 1 que dice "Prohibido cargar con lluvia".  En el resto del mundo hay cargadores en estacionamientos al aire libre, en la calle y en todos los lugares a la intemperie que se te ocurran. Ninguno cuenta con la prohibición de cargar con lluvia, simplemente porque no tiene ningún peligro hacerlo. Nadie supo explicarme el por qué de esa norma, pero lo cierto es que esperé casi dos horas hasta que aflojó la lluvia, pude recargar y retomar mi camino. ¿Por qué no me fui a cargar en otro lado? Simple: no llegaba. Exagerando, fui rehén de un protocolo que se cumple a rajatabla mientras a 5 metros había varios enchufes mirando al cielo bajo la lluvia. Se ve que el peligro es sólo para lo desconocido.

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Cambio de EQA en Stern Motors.

Gracias Romi y Gonzalo por la ayuda.

El consumo en ruta a 120 km/h nos permite una autonomía de unos 370 kilómetros. Perdón que de las cifras de consumo en autonomía pero me parece más práctico. El manejo del EQA es muy confortable, con buen andar sobre todo por el centro de gravedad bajo gracias a las baterías en la parte baja del chasis. La velocidad máxima está limitada a 160 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h es de 5.5 segundos, y allí es donde el torque se luce. Todo el empuje está siempre a disposición. No hay demoras ni retrasos. Todo está ahí para que lo usemos. Incluso en el modo de manejo ECO, si pisamos el pedal a fondo se olvida por un rato de lo ECO para salir despedido.

Frena muy bien y las ayudas a la conducción funcionan correctamente y son de accionar suave, como el alerta de cambio de carril o el control de velocidad crucero adpatativo. No hay frenadas ni aceleraciones bruscas, todo fluye. 


CONCLUSIÓN

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El auto 100% eléctrico me sigue pareciendo una gran elección, hasta que pienso en la infraestructura  los viajes y ya no me parece tanto. Tener un cargador en casa soluciona una gran parte del problema, que es el uso urbano. Así se terminan las dos por completo. Ahora, salir a la ruta seguirá siendo -al menos por un tiempo- una interesante aventura.

En cuanto al Mercedes-Benz EQA 350 4Matic, es un muy buen producto, que deja en claro que estás en un vehículo de la marca de la Estrella en todo momento. Por confort, andar y equipamiento no vas a extrañar nada con respecto a otro Mercedes-Benz y vas a notar la diferencia con otras marcas generalistas. No son diferencias exageradas, pero se notan y mucho. Personalmente, me quedo con la tecnología a disposición y con el andar en ruta. Y, obviamente, también con las reacciones y respuesta de los motores. El precio me parece excesivo. Esa cantidad de dólares por un SUV del Segmento C (compacto) es demasiado: aún pensando en beneficios, como no pagar patente y el precio muy accesible de su "combustible".

Por ese motivo, la conclusión más justa es decir que el principal defecto de la EQA no está en el auto, sino la infraestructura y preparación de nuestro país para recibir autos eléctricos: "No sos vos, es él".

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¡Gracias Stern Motors!

O.C.

Agradecimiento: Mercedes-Benz Argentina y Stern Motors

Galería: Crítica: Mercedes-Benz EQA 350 4Matic


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