Texto de Renato Tarditti

(Director de la Revista Miura y enviado especial de InsideEVs Argentina a Brasil)

Desde San Pablo (Brasil) - Los Renault E-Tech 100% Electric Days –un seminario de electrificación y soluciones de movilidad sustentable, que la marca francesa organizó durante tres días en la ciudad paulista– venía con la promesa de anuncios, varias presentaciones, entrevistas y el test drive de uno de los nuevos productos eléctricos que están desembarcando en la Región (ver notas ya publicadas).

No voy a negar que la expectativa era que la prueba de manejo fuese con el novísimo Mégane E-Tech, el hatchback que se mostró a fines del año pasado en Buenos Aires (ver nota). Hubiese sido una buena oportunidad para analizar lo que Renault promociona como la vanguardia de su nueva generación de productos cero emisiones.

Pero no, el modelo que nos esperaba en la playa de estacionamiento del imponente auditorio diseñado por Oscar Niemeyer, era el mucho más modesto Kwid E-Tech, una adaptación eléctrica de nuestro conocido Kwid, que se fabrica en China desde 2021. Ahí se conoce como Renault City K-ZE y también se vende en Europa como Dacia Spring (con el logo de la marca rumana en la trompa).


Por fuera

En una primera impresión visual, la versión EV del Kwid no es demasiado distinta del que ya conocemos. Pero con una mirada un poquito más aguda, ya empiezan a aparecer las diferencias: la parrilla tiene un diseño diferente, sin aperturas, y las ópticas incorporan el restyling que nunca llegó a ser presentado en Argentina (leer obituario). La sensación que transmite un toque de distinción (digamos), por la mayor profusión de cromos alrededor del logo.

Y aquí ya tenemos un indicio claro de que no se trata de un producto de última generación para Renault, ya que el logo es el viejo Rombo tridimensional, en lugar del “flat design” presentado a fines del año pasado (ver nota). Por lo demás, lo único que cambia exteriormente es el agregado del nombre E-Tech en el aplique adhesivo lateral e imperceptibles 5 cm extra en el largo total del auto (la distancia entre ejes no cambia). Otra cosa llamativa: sobre el portón trasero dice “E-Kwid” y no “Kwid E-Tech”, que es el nombre oficial que recibirá el modelo cuando se lance el año que viene en Argentina. Raro.


Interior

Como era de esperarse, para entrar al auto hay que pasar por esa incómoda sensación de fragilidad que generan las mismas manijas que están en las puertas de otros Renault de origen Dacia. Entiendo perfecto el posicionamiento de este tipo de productos, y también las reglas de la economía de escala, pero si fuese Renault realmente haría un esfuerzo para cambiar esos picaportes, porque son el primer contacto “táctil” que uno tiene con el auto (y realmente no es el mejor). No lo digo para ponerme en exquisito, sino para resaltar la importancia de estos primeros “touching points”, que muchas veces condicionan la predisposición con respecto al auto en –por ejemplo– una visita al concesionario.

El volante del E-Kwid es un excelente ejemplo: es uno de los cambios importantes en el interior y mejora muchísimo la calidad –y la sensación en general– con respecto a la versión que conocíamos. El resto del interior no cambia mucho en términos de diseño, calidad y terminaciones en general, que son las esperables en un producto que fue creado para ser accesible.

Sí hay algunas cosas específicas en cuanto al equipamiento: el tablero presenta información más pertinente para un vehículo eléctrico (medidor de consumo, autonomía y cargas); hay un comando para limitar la velocidad; otro para desactivar el control de tracción; una tecla “Eco” para aumentar la autonomía; y un selector de cambios tipo dial con tres posiciones: D, R y N (desorienta un poco que no haya “P”).


Seguridad

Acá hay buenas noticias con respecto al Kwid brasileño. Suma dos airbags de cortina frente a los cuatro que ya traía el Kwid “térmico”. Y, por primera vez, se ofrecerá en Argentina con control de estabilidad y tracción. Ya era hora.


Motor y transmisión

Con respecto a la “mecánica” (me suena un poco arcaica la palabra, tratándose de un auto eléctrico, pero creo que todavía no hay una mejor…), hay que decir que sí hay cambios respecto a las versiones china y europea. El motor eléctrico pasa de 45 a 65 CV de potencia, y el torque baja de 123 a 112 Nm. Llama la atención que una magnitud aumente y la otra se reduzca, pero son esas cosas de los motores eléctricos que iremos descubriendo. También hay una modificación en los resortes y amortiguadores, y un aumento en el tamaño de los neumáticos, para que el andar se adapte mejor a los irregulares asfaltos latinoamericanos. Todas las versiones –china, europea y latinoamericana– suman un bulón extra con respecto a los modelos de combustión, tema sobre el que ya se habló bastante en este sitio (ver nota).

La batería, que está en el piso del auto, tiene una capacidad de 26.8 kWh (los nuevos "litros de cilindrada”) y permite una autonomía de casi 300 kilómetros (según el estándar europeo WLTP). El tiempo de recarga varía: unas 8/9 horas en una toma común; unas 3 horas en un wallbox doméstico; y menos de 40 minutos en un cargador de corriente continua (todos estos valores son aproximados para llegar a un 80% de la batería).


Comportamiento

La prueba de manejo era hipotéticamente breve –unos 15/20 minutos–, pero la mía duró unos cuántos más. Sucede que, por cuestiones de agenda, me tocó salir alrededor de las 17.30, en la hora pico del tránsito de San Pablo (que es como multiplicar la hora pico de Buenos Aires por 10). A eso, nobleza obliga, tengo que reconocer que pifié una salida y terminé dando una hermosa vuelta extra por las autopistas, colectoras y calles paulistas (sí, lo de “hermosa” es irónico). Pero lo cierto es que me dio más tiempo para probar las bondades del auto, y justamente en su ámbito natural, que es el urbano.

Y cuando digo "bondades" lo digo en la mejor acepción del término. Porque el Kwid E-Tech se mueve como pez en el agua en la congestión vehicular. Es chiquito, como para escabullirse en cualquier recoveco que se abra, responde rapidísimo para que no se nos anticipe otro automovilista (bendito seas, torque plano eléctrico) y a velocidades citadinas se siente ágil, livianito y preciso (gracias a la dirección eléctrica). Y cuando no se puede avanzar en el embotellamiento, prima el silencio y hay una agradable sensación de que no se está desperdiciando energía. Por obvias razones, no tuve oportunidad de manejarlo a velocidades de autopista “abierta”, así que no podría decir si esas sensaciones de precisión y seguridad se mantienen por los sobre los 100 km/h. Sospecho que esa no es la “zona de confort” del vehículo.

Un par de datos: la aceleración de 0 a 100 km/h declarada es en largos 14,6 segundos, pero de 0 a 50 km/h llega en solo 4,1. Y la velocidad máxima es de razonables 130 km/h, que se reducen a 100 km/h en modo Eco. Siguen sobrando 30 para llegar al límite de 70 km/h que hay en la mayoría de las avenidas.


Conclusión

Me encantó –me encanta– el Kwid E-Tech. Me gusta el concepto de auto chiquito eléctrico, bien orientado al uso urbano. Me encanta porque creo que es lo que las ciudades necesitan. Es realmente decepcionante –en términos de inteligencia humana– pararse en cualquier esquina de cualquier ciudad medianamente grande y ver pasar moles de más dos toneladas y media y cinco metros de largo trasladando a una sola persona. Y eso no se está modificando demasiado con el “cambio de paradigma” hacia la movilidad eléctrica, ni siquiera en los países más desarrollados. Es más, a juzgar por las últimas y enormes SUVs que se están presentando a nivel mundial, diría que la cosa empeora: los EVs son cada vez más grandes y más pesados, por más que sean “verdes”. Pensando en la eficiencia, pero no solo en términos de emisiones, sino de tiempo (perdido) y espacio (ocupado), sigue habiendo un "elefante en la sala".

Por eso, banco estas iniciativas, y más aún en un contexto en el que hacer autos pequeños es difícil para las automotrices (por cuestiones de rentabilidad). Los autos son cada vez más complejos, las exigencias de seguridad son cada vez más difíciles de cumplir y por eso toda la maquinaria de marketing está puesta al servicio de que sólo sean deseables los autos que parecen "tanques" (que son los que todavía generan ganancias).

En una de las entrevistas de los E-Tech 100% Electric Days, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Bruno Vanel –uno de los ejecutivos que tallan fuerte en la estrategia de productos del Groupe Renault–, y pude preguntarle qué es lo que diferencia a Renault, en un contexto donde las narrativas de todas las automotrices respecto de la movilidad eléctrica son muy similares. La respuesta me resultó más interesante y sincera de lo que esperaba: “Tenemos que ser fieles a la historia de la marca. No se trata de hacer autos por el hecho de hacer autos y poner cada vez más tecnología en ellos. Tenemos que hacer autos con el nivel correcto de tecnología, que se adecue a las necesidades reales de la gente. Y tiene que ser a un precio adecuado, no sólo para las elites. Tenemos que hacer eso, y al mismo tiempo mantener la emoción”.

Aún con sus falencias de origen y su claro carácter transicional, pienso que el Kwid E-Tech se acomoda a bien esa lógica. Apoyo cualquier paso en esa dirección, porque creo que tiene que volver a haber una gran oferta de "autos chiquitos", que cumplan con las regulaciones de seguridad establecidas por los países, pero que sean bien simples y básicos para ser accesibles. De esos que (nos) saquen de las casillas a “expertos” y "entusiastas" de paladar negro, que nos vamos a quejar porque no baje los 8 segundos en el cero a cien, los plásticos de la parte de atrás del tablero son duros, las manijas de las puertas “no transmiten solidez” (mea culpa), y les faltan los 14 airbags que sí tiene el último Mercedes-Benz o el Detector Antiatropellamiento de Mascotas Extraviadas que Andan Sueltas por la Calle que trae el nuevo Volvo. Digo: faltan autos hechos para gente a la que los autos le importan un comino, que sospecho que son mayoría. Que sean eléctricos es indispensable y, si son lindos, mucho mejor. Lo importante es que sirvan para ir del Punto A al Punto B sin poner en movimiento dos toneladas de chapa, cables y baterías.

R.T.

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"Me encanta", opinó Renato Tarditti. Aunque también enumeró todo lo que no le "encantó" tanto.

Galería: Contacto Renault Kwid e-tech

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