Mi primer contacto con el mundo de los autos fue, como para muchos, arriba de una Ford F100. Si bien había más autos en la familia, y uno de mis abuelos era electricista automotor, el vano motor de la Deluxe 1974 de mi otro abuelo fue el espacio generoso donde pude sentarme y conocer cada parte de un motor de combustión interna.
Con algunas diferencias, ese panorama no había cambiado demasiado en los últimos 60 o 70 años: una pick-up full-size debe ser básicamente una herramienta confiable para llevar (o arrastrar) toda la carga posible para hacerle ganar dinero a su dueño.
Mi amigo Jerónimo Chemes ha relatado infinitas veces esa naturaleza noble, que se ha ejecutado casi siempre sin tener en cuenta aspectos como el consumo o las emisiones contaminantes (aunque hasta ahora teníamos al GNC, para salvar las papas).
De un tiempo hasta aquí, sin embargo, también surgió con muchísima fuerza una vertiente recreativa para la demanda de estas picku-ps, ya sea por ventajas impositivas o simplemente por la autoridad que impone su tamaño. Así y empezamos a conectarnos con una realidad que sólo podíamos ver en persona de visita por los Estados Unidos, en la forma de verdaderas bestias de tamaño y torque que más allá de la debida modernización de sus plantas motrices, todavía no resolvían el tema de los consumos (y con ellos la autonomía, por ejemplo) o seguían requiriendo “bajarse” a un sedán para vivir una experiencia deportiva.
Esta nueva Ford F-150 Hybrid lo cambia todo, literalmente (ver equipamiento y ficha técnica). No sólo por ser la primera oferta del segmento de carga o “trabajo” (ponele) en ofrecer el acompañamiento de un motor eléctrico en la Argentina -y como se debe con un verdadero impulsor con la potencia y torque suficiente para muchos trayectos urbanos y no un sencillo “super alternador” como es el caso de los mild hybrids- que ofrece en la ciudad consumos ridículos para un vehículo que pesa dos toneladas y media.
No es difícil hacer que gaste menos que cualquier SUV o incluso muchos sedanes estándar en el ciclo urbano, y si bien sigue lejos de los rendimientos que podría ofrecer un auto híbrido, con sus 98 litros de tanque bien podría llenarlo una o dos veces por estación del año para cubrir mis necesidades de desplazamiento en la ciudad.
La potencia, y sobre todo el torque, son un tema aparte: ningún adjetivo es exagerado para esta bestia. La última vez que sentí una experiencia de aceleración -y recuperaciones- similar fue hace ya bastantes años cuando tuve la oportunidad de probar un BMW M6 V10 y una Ferrari F430 en calle y circuito, respectivamente. Si bien se trata de vehículos incomparables, cierto es que con sus mil y pico de kilos de más esta chata casi duplica su oferta de torque y se siente increíble. La elasticidad casi infinita ofrece la posibilidad de hacer seguro cualquier adelantamiento en ruta, sin exceder velocidades legales pero con la tranquilidad de saber que nunca va a faltar reacción.
Si probaste una VW Amarok V6 y te sacó una sonrisa, o una F150 Raptor y te pareció asombrosa, la nueva F-150 Hybrid está unos cuantos escalones más arriba, por obra y gracia de un conjunto térmico-eléctrico impecable, muy superior en la experiencia por ejemplo al Mondeo Vignale Hybrid (para hacer una comparación dentro de la misma marca, leer crítica).
Aquí no hay manera de exagerar, realmente transforma las estrellas es tubos fluorescentes (como si entráramos al hiperespacio) y creo que solo un 100% eléctrico de performance podrá volver a despeinarme cuando llegue la hora. Además, en la ciudad es dócil como un Segmento B: es fácil olvidarse de las enormes dimensiones, excepto cuando se encara alguna calle un poco más pequeña o curvas muy cerradas (o simplemente a la hora de estacionarla).
Solo un aspecto de la prueba me dejó con gusto a poco: la brillante idea de incorporar un inversor de calidad para habilitar el uso de herramientas eléctricas (uno de esos justificativos que uno podría esgrimir en casa a la hora de encarar esta inversión) se ve opacada por la condición de que opera en 110 voltios, una tensión que no se usa en nuestro país, y que permite que sólo algunas herramientas de mano o cargadores multivoltaje puedan ser utilizados sin necesidad de un adaptador.
Nosotros tuvimos que tomar una vieja engrapadora que había venido en una valija de viaje para poder realizar la prueba sin requerir ningún tipo de conexión especial. De hecho, un transformador completo capaz de manejar 2600w tiene un costo de unos 40 mil pesos (que no son muchos considerando el valor de esta camioneta), pero es un accesorio bastante voluminoso y pesado (12 kilos) que debe pedirse por encargo y suma una incomodidad a algo que está pensado para brindar enormes conveniencias: es una potencia que sobra para movilizar todos los consumos de una casa estándar (a excepción de aires acondicionados) y bien podría servir para abastecer una casilla rural, las herramientas de una construcción, un acampe en la playa o incluso herramientas que no se llevan bien con un grupo electrógeno convencional (como soldadoras de baja y mediana potencia).
Obviamente, para ir gestionando esta entrega de potencia el vehículo debe estar “encendido” (entre comillas, porque es bajo demanda), pero creo que es una condición insignificante al lado de disponer de esta ventaja sobre cualquier otra camioneta.
Con seguridad, el cambio de tensión requeriría unas cuántas horas de ingeniería o adaptaciones a un vehículo que en definitiva va a tener un volumen de ventas muy bajo, pero en este nivel de precios y en su condición de nave insignia de la compañía (no se confundan, Ford vive de las chatas, no de los Mustang) creo que es un esfuerzo que vale la pena hacer.
Volviendo a todo lo innovador y contundente que representa esta F150 Hybrid, resulta inevitable preguntarnos cuándo veremos un conjunto similar en nuestras mid-size nacionales, columna vertebral de la movilidad comercial, rural, minera y de obra en nuestro país (y también plataforma recreativa o elección de movilidad para muchas familias).
Un sistema híbrido implica conveniencia, economía, seguridad y prestaciones. ¿Qué más pedir? Quien lo entienda primero logrará lo que se visualiza para este producto impresionante que tuve la delicia de conducir.
Nada será igual. Y nada podrá ser lo mismo sin él.
L.V.










ADEMÁS
En el Twitter de @InsideEVSArg