El lunes pasado, la Línea Q de trolebuses de Rosario dejó de circular por las calles de esa ciudad de Santa Fe. Según el municipio, se trató de una medida provisoria ya que las altas temperaturas hicieron que las baterías que tienen estos trolebuses importados de Rusia se sobrecalentaran, lo que impidió su normal funcionamiento. Sin embargo, un informe del Tribunal de Cuentas revela que ya desde 2017, durante el período de prueba, todos los vehículos reportaron fallas. Pese a esto, la garantía nunca se hizo efectiva.
La situación se volvió complicada a partir del 2020, con la quiebra de Trolza en Rusia, la fábrica que le vendió estos colectivos al municipio. “El servicio de mantenimiento y postventa que tenían que hacer, no lo pueden hacer porque esta empresa ya no existe”, explicó el titular del Ente de la Movilidad, Rogelio Biazzi.
En esa misma línea habló el presidente de la empresa concesionaria Movi, Alejandro Gentile. Consultado sobre si las unidades seguían en garantía, dado que tienen apenas cinco años de uso, confirmó que la firma había quebrado pero aclaró también que el período de cambio directo de las unidades que figuraba en el contrato venció en 2020 (leer más).
Biazzi cargó contra la adquisición de los trolebuses rusos que "no fueron probados en Rosario antes de ponerlos a funcionar" y que "evidentemente están fabricados para trabajar en otras temperaturas. Tienen unas baterías que, con el calor que está haciendo en estas semanas, se recalientan y se apagan. Por esto es que preferimos ser más previsibles y reforzar las otras unidades" (leer más).