Desde la década de 1980 la Comisión Europea viene promoviendo una zaga de normativas destinadas a reducir la contaminación de los vehículos. Las famosas “Euro” deberían de aprobar este año su séptima y última entrega antes de la entrada en vigencia de las nuevas disposiciones de cero emisiones pautadas para 2035. Sin embargo, se esperaba que fueran tan severas que inclusive anticiparían la muerte de los motores nafteros y gasoleros, y por ello tendrían cambios.

El nivel de restricción de las normas Euro 7 parecía ser tan alto que las propias automotrices comenzaron a presionar debido a los costos en desarrollos que implicaban para poder cumplirlas. Desde Stellantis llegaron inclusive a decir que podría marcar el fin de los motores de combustión (ver nota) ya que no sería viable invertir en desarrollos que no podrán usar más a partir de 2035 (ver normativa).

Ahora, los últimos rumores sobre la normativa Euro 7 aseguran que la Comisión Europea podría terminar redactando una versión bastante más laxa que la planteada inicialmente. Según la publicación Politico, que obtuvo una copia de la legislación: "se ha hecho una revisión final" en base a "la actual situación geopolítica y las circunstancias económicas". Siguiendo esta línea, uno de los motivos para cambiar el plan original está en que podrían generar: "problemas de escasez para los consumidores en un contexto general de inflación alta".

Este cambio o “suavización” de las normas está generando reacciones diversas, por un lado las automotrices aplauden una medida que les permitirá dedicar esos recursos a la necesaria electrificación de sus gamas, mientras que por el otro algunas ONG, como Transport & Environment, han asegurado que esta regulación: "prioriza los beneficios de los fabricantes de automóviles por encima de la salud de millones de europeos".

La versión final de la normativa Euro 7, que ya se ha retrasado en múltiples ocasiones, debería publicarse el próximo 9 de noviembre y su entrada en vigencia está pautada en la Unión Europea para 2026. Recordemos que este tipo de normativas ya han acorralado a los motores gasoleros sumando elementos como filtros de partículas e inyección de Urea, y que se encaminan al uso de hidrógeno como alternativa para salvar a los motores de combustión.

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