Un conocido del que aprendí algunas cosas del mundo de los negocios tenía una frase que siempre me llamó la atención y la incorporé a mi panteón: “Los grandes negocios no salen en los diarios”. Por estos días, van a ver en muchos medios noticias acerca del éxito comercial del Tito de Coradir que, en términos relativos, ciertamente lo es. Y lo vengo advirtiendo en los comentarios de cada nota mensual de patentamientos en Motor1 (ver acá).
Más allá de la curiosidad de estar en torno a las 25 unidades mensuales patentados -lo cual alcanza para convertirlo en el auto 100% eléctrico más vendido de la Argentina, destronando a los Nissan Leaf y Renault Kangoo Z.E., descargar estadísticas abajo-, me propuse escribir de manera similar a las 10 razones con las que Motor1 analizó los fenómenos de ventas (para arriba y para abajo) de los Fiat Cronos (ver acá), Toyota (ver acá) o Volkswagen (ver acá).
¿Cuáles son, en mi humilde opinión, las 10 razones más importantes detrás del fenómeno del citycar de San Luis?
1. Los números cierran
Cualquier persona que compra por estos días un auto -sea del tipo que sea- hace números. Y los del Coradir Tito son absolutamente racionales. Puede transportar a cuatro personas a lo largo de 100 kilómetros con cada recarga. Es bastante más de lo que cualquier familia hace a diario en un pueblo o ciudad, por un precio en dólares que hoy es inferior al de cualquier cero kilómetro del mercado: 18.250 dólares para el modelo de dos puertas con aire acondicionado, y con un costo antes de la baja de subsidios de poco más de 100 pesos por carga completa (o la décima parte de lo que cuesta hacerlo a nafta).
2. Es un fenómeno de publicidad gratuita
Lo pude comprobar cuando lo manejé en la localidad pampeana de Miguel Riglos, durante el primer contacto de la prensa con este auto que se publicó en Argentina (leer acá). El mismo día que publicamos la nota me llamó el dueño de la concesionaria para comentarme que mi opinión sobre el Tito había sido replicada por los medios de la provincia y que la cantidad de llamados era notable. Era esperable: el Tito es simpático, conveniente, llamativo hasta en sus colores, y genera un enorme atractivo para la promoción “orgánica”, esa que no se paga sino que congrega un interés genuino del público. Hoy vemos que algunos programas populares tienen pauta publicitaria de Coradir (con algunos papelones en vivo), pero el fenómeno es anterior al video de la niña y la moto eléctrica descontrolada.
3. Hay pocos, pero hay
Este es un fenómeno similar al que ocurre con el Fiat Cronos y también con algunas pick-ups que han crecido en sus ventas más por la falta de entrega de otros vehículos, que por el diferencial de atributos con otras marcas. Coradir ha sabido manejar las variables de importación, tan restringidas por estos días, y el verdadero cuello de botella está en su fabricación artesanal.
4. Es un auto (no un carrito de golf)
Por más que tenga enormes limitaciones, especialmente en el apartado en seguridad (razón por la cual Motor1 e InsideEVs no recomiendan su compra, leer motivos), no deja de ser un vehículo de cuatro asientos -o quizá un “2+2”- con una estética comprimida de auto que en algunas cosas imita al Smart de primera generación y en otras otra al Mini Cooper. Su carrocería es de chapa, un verdadero monocasco, y no muestra características más propias de pequeñas series como las carrocerías tubulares, merced a su origen y prefabricación china.
5. Es capaz de transmitir cierto “status” o “personalidad”
Un status que definitivamente no es el lujo ni la potencia económica, sino una visión racional, práctica o eventualmente “progre” en términos medioambientales que algunas personas con el dinero necesario para comprarlo quieren demostrar. Definitivamente, quien hoy -y por unos cuántos meses o años- decida comprar un Tito, tendrá una “pieza de discusión” a la hora de llegar con el vehículo a dejar los chicos en la escuela, hacer las compras o encontrarse con alguien en un estacionamiento. Me pasa con mi moto eléctrica, y no tengo dudas de que me pasaría 10 veces más con el citycar puntano.
6. Apostó al sector privado (y al interior del país)
Este es uno de los aspectos más curiosos del producto. Mientras otros desarrollos nacionales han apostado explícitamente a asegurarse las primeras ventas en el sector público, en algunos casos lamentando incluso que no aparezcan las órdenes de compra municipales o provinciales para las fuerzas de seguridad o vigilancia, Coradir buscó un posicionamiento en clientes particulares con un producto que tiene atractivos para circular sin ploteos que justifiquen la inversión. Resulta una apuesta inesperada, dado que el gran expertise de la empresa Coradir han sido históricamente en las ventas de productos de informática al Estado. Con seguridad habrá “Titos Munipa” en algún tiempo, aunque es más probable que los primeros productos masivos de uso oficial sean motocicletas de Coradir. La otra novedad es que, como producto, resulta mucho más adecuado para los lugares más tranquilos del interior de las provincias que para las febriles avenidas de las grandes ciudades. Además, en las capitales tiene prohibido circular por autopistas. Por eso, el Coradir Tito comenzó a verse en distintos puntos de Argentina, menos en la Capital Federal.
7. Gama de versiones
A meses de haber lanzado una versión muy solvente de dos puertas, y con temas de calidad en terminaciones aún por mejorar, Coradir redobló y triplicó la apuesta: Tiene preventas y entregas pendientes por unas cuantas unidades de la pick-up Tita (en mi humilde opinión, con aún mayor potencial de éxito, ver nota) y se animaron a una versión de cinco puertas del Tito (ver nota), con un modelo de 300 kilómetros de autonomía que podría dar un batacazo como taxi o remís en las ciudades que tengan una normativa compatible. Obviamente, esta estrategia renueva su presencia en los medios y el fenómeno viral que despierta en el boca en boca.
8. Es técnicamente adecuado
Las elecciones de los principales componentes -lejos de ser performantes o descollantes- se hicieron en el sentido de la simplicidad y la durabilidad. El motor de 4kw no es una maravilla de aceleraciones o velocidad final, pero se mueve muy cómodo en los 30/40 km/h del tránsito citadino. La elección de una batería de Litio Hierro es una gran decisión, tanto en términos de durabilidad como de seguridad. El tiempo confirmará si los componentes de gestión colaboran en el objetivo de 200 mil kilómetros de durabilidad (reusables como batería doméstica luego), pero por ahora nada indica lo contrario.
9. Hay “pedal”
No, no tiene un modo de tracción a sangre. Ni es un auto de calesita. Pero existen variadas opciones de financiación de la mano de acuerdos con bancos e incluso vi propuestas de leasing en términos muy convenientes. Si llegaste a firmar en junio, hiciste un negoción. Si lo hacés ahora, probablemente también sea una buena oportunidad (si es que conseguís una unidad en stock).
10. Es honesto y sin pretensiones
Toda una novedad en un país donde nos acostumbramos al exceso de expectativas. Una empresa prometió un vehículo de características y precios absolutamente mundanos para los que quieran hacer su primera experiencia eléctrica y está cumpliendo. No es poco. Si bien los números del Coradir Tito no resultan descollantes en comparación a los que mueven la aguja en cualquier terminal, con seguridad es uno de los fenómenos del año para un alicaído mercado automotor, por crecimiento, innovación y audacia. Los ejecutivos de las marcas tradicionales lo tienen que estar mirando con particular atención, aunque fruncen el ceño o no dicen nada cuando les preguntamos por el Tito: “¡¿El qué?!”. Viene bien un poco de provocación, ¡chapeau, Tito Corapi!
L.V.