Panda, Uno, Ami, R5, Combi son solo algunos de los nombres que pueden volver o volverán a la vida como la creación de Frankenstein, con carga eléctrica y rejunte de diseños y propuestas que habían muerto en el pasado (ver nota). Y si las automotrices están tan ansiosas por revivir a sus clásicos, ¿por qué no soñar con traer al mundo de los autos eléctricos a los nuestros? En Inside EVs Argentina volvemos a soñar despiertos, aprovechamos el potencial argentino con el litio y nuestra capacidad industrial. Nuestras propuestas son lo que se reproduce a continuación.


Carlos Cristófalo - IKA Estanciera

Iba a elegir el Rastrojero, pero se me adelantó el empresario Carlos Ptaschne, que desde hace unos años viene trabajando en un Rastrojero eléctrico, desarrollado en Argentina (ver nota). Ptaschne pensó en un vehículo de trabajo eléctrico, que es una gran idea, pero yo prefiero poner el foco en una SUV familiar a baterías. Eso fue la IKA Estanciera: una precursora del segmento en el que todas las marcas hoy quieren participar. La Estanciera fue un vehículo familiar pensado para un país con caminos horribles, como el nuestro. Usó motores nafteros Continental y Tornado (con hasta 132 caballos de potencia) y ofrecía versiones con tracción 4x4.

Si Argentina quiere imponer de una vez por todas la tendencia global sobre los autos eléctricos, el camino no es a través de los sofisticados (y carísimos) Porsche Taycan o Audi E-Tron. La democratización de las baterías sólo puede llegar de la mano de un vehículo popular, práctico, confiable y bien argentino. No se me ocurre una mejor fuente de inspiración que la querida Estanciera.

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Orly Cristófalo - Citroën Mehari

No era fácil la elección. Tenía que ser un vehículo fabricado en el país pero, sobre todo, tenía que valer la pena. Al menos para mí. Porque, ¿para qué “resucitarías” en modo eléctrico cualquier auto o vehículo? Si vamos a gastar esa bala de plata, que sea en algo que lo merezca. Y ahí es donde se me vino a la cabeza el Citroën Mehari.

Se produjo en la planta de la marca entre 1971 y 1980. Volvió algunos años después gracias a Industrias Eduardo Sal Lari (IES), pero cometieron la herejía de re bautizarlo como Safari.  ¿Y por qué el Mehari? Porque sería una gran primera motorización para muchos jóvenes y también un excelente vehículo off road con tracción delantera y bajísimo peso. Diversión pura a bajo costo, con cero emisiones y multiterreno. ¿En serio están pensando en otro vehículo?

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Luciano Salseduc – Chevrolet Corsa (“El Proyecto”)

El 31 de octubre de 2016 Chevrolet anunció el final de producción del Corsa Classic dejándole espacio al Cruze. Con 919.972 unidades, se convirtió en el auto más fabricado (durante casi 19 años) en la historia de la industria automotriz argentina y también marcó un hito para la marca en cuanto a unidades vendidas, alcanzando más de 500.000 Corsas patentados en el país.

Mi elección está basada en el espíritu del “Proyecto Corsa” y el deseo de algo mayor que trascienda la vuelta de un clásico. Sería fabuloso que de una vez por todas se pueda pensar, planificar y ejecutar la producción un auto eléctrico de volumen, masivo, que perdure en el tiempo y marque un quiebre en la historia de la industria nacional. Que sea parte de una transformación, real, que nos posicione en la región, y por qué no en el mundo, de una manera vanguardista.

Ojalá nazca un nuevo clásico, que le haga un guiño al pasado mientras mira hacia un futuro distinto. Ojalá dentro de varios años podamos ver un nuevo Corsa EV, exitoso, que signifique mucho más que dos nuevas letras en su nombre.

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Carlos Alfredo Pereyra - Fiat 147

El primer 147 que vimos por acá lo trajo SEVEL. Venían de Brasil, y luego se fabricaron acá en Palomar. Fue nuestra versión regional más similar al legendario Fiat 127, auto de primera motorización en cada mercado donde se lo comercializó. De algún modo representaba la opción más moderna para un joven de veintipocos años que quería hacer “pinta” y salir con amigos, o con alguna cita. Te lo comprabas “cero” laburando. Era un coche con personalidad, buen espacio, y además tenía un muy buen comportamiento dinámico; tanto porque aprovechaba en forma excelente su pequeño motor de 1,1 litro (también hubo opciones de 1,3 litros y diésel).

Una versión eléctrica de este coche sería permitir que regresen esos tiempos de descubrimiento y libertad. El torque desde cero, y un relativo bajo peso/autonomía le permitiría sobresalir como clásico eléctrico urbano, lo que reverdecería sus laureles. Un diseño Fiat de hace cincuenta años con un sistema de propulsión de hoy sería un justo homenaje a este fierrito.

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Jaime Mayo - Renault Dauphine / Gordini

La elección tiene varios motivos que la respaldan, se trata de un auto chico, popular, con carácter deportivo y tiene una característica que está volviendo con muchos autos eléctricos, motor y tracción posteriores. ¿Querés sumar más? Es lindo, le caerían muy bien líneas actuales, podría tener versión Gordini más deportiva e incluso un derivado coupé con firma de Alpine (que es además, resucitó recientemente como marca deportiva de Renault).

Podría haber elegido otros modelos con motor trasero, como el 600, pero Fiat se me adelantó con el 500 eléctrico (aunque puso el motor en el extremo equivocado) y además, el especialista en autos eléctricos tiene una sorpresa de la marca que viene a continuación. Además, el Dauphine inauguró la gama Renault producida en Argentina y si el propio rombo no lo produjera en Santa Isabel podría nacer IKeA (Industrias Kaiser eléctrica Argentina) aunque ese nombre ya lo esté usando una “empresita” de otro rubro.

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Juan Pablo Estevez - Coupé Chevy

Desde chico crecí escuchando las historias de la Coupé Chevy que tenía mi abuelo y como mi papá se la “robaba” para ir a manejar a la Panamericana cuando todavía...mmm, no había cumplido la mayoría de edad. Los detalles que tenía ese auto tan icónico de la industria nacional siempre me impactaron y ni que hablar de la potencia de su motor: “la primera vez que la agarré no conocía nada y casi me la pongo de sombrero en una curva”, me ha contado mi viejo en alguna ocasión. Sé que es difícil adaptar un modelo de estas características a un Mild-Hybrid o a un eléctrico 100% pero vengo a proponer un sueño: a fines del año pasado conocí a Colorsponge, un español que diseñó al “TC del futuro”. Si esto alguna vez fuera posible, me gustaría que fuera él quien haga los bocetos de la Coupé Chevy eléctrica.

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Leonardo Valente - Fiat 133

Uno de los más grandes “underdogs” de la historia automotriz argentina, quizá por el enorme éxito de su predecesor (el amado 600) con quien compartía semejanzas mecánicas, o la llegada de su sucesor (el 147) perteneciente a una generación completamente nueva. Se ganó el apodo de “El intendente”: Había uno en cada pueblo y no lo quería nadie, sin embargo, quisiera aprovechar la oportunidad de la electrificación para hacer un desagravio de este citadino, que incorporaba notables ventajas respecto del fitito en términos de utilización del espacio interior y carga (movieron el tanque de combustible), frenos, y elementos de confort, incluso hubo una versión IAVA. Su primo el 126 llegó a correr en rallies…

Características que lo hicieron demodé, como el motor y tracción trasera son muy compatibles con esta nueva realidad: Podría ser equipado con algo pequeño, un esquema tipo rickshaw si meten mano los chinos, o incluso motores de rueda para maximizar el espacio. ¿La batería? Pequeña y bajo el piso, para darle los 120-150 km de autonomía que alcanzan y sobran para un citycar: Un gran comodín urbano que sería de mucha utilidad para miles de familias argentinas.

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Jerónimo Chemes - Rastrojero ("RastroYO")

Si, la verdad me siento especial. De todos los que colaboramos en InsideEVs Argentina, el único que tiene un vehículo que se llama como el que escribe soy yo. Si, tengo un RastroYO. Hace muchos años usé esporádicamente un RastroYO y al subirme, recuerdo dos cosas que me quedaron grabadas para siempre: uno, el olor a gasoil y dos, un habitáculo que no tenía nada, literal. El vehículo estaba en mal estado (pero andaba) y recuerdo que la experiencia de manejo fue asombrosa. No doblaba, no frenaba, no aceleraba, no le andaba nada, pero… me llevaba.

Como la ingeniería argentina es de primer nivel (siempre lo voy a sostener) el grupo de gente muy capaz logró que naciera el RastroYO que cumplía con las premisas: Barato, Noble y Simple, que lo impulsaron al éxito. La gente común lo podía comprar, le daba masa sin parar y lo más importante, lo podía mantener. Una verdadera herramienta de laburo. El pobre RastroYO fue un ícono de nuestro país que merece renacer sumando a los tres pilares de precio, nobleza y simpleza, el de la mecánica eléctrica.

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